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El paso más importante

Por: Adriana Mejía Rengifo
 
Por más tranquila que pueda ser la vida de una persona, siempre existirán aquellos momentos especiales que vale la pena recordar y se convierten en  anécdotas eternas. Siempre hay instantes que quedan encumbrados en nuestra memoria, esos que necesariamente nos dan un choque emocional al momento de aparecer, bien sea en una conversación o de manera espontánea en nuestra cabeza, como una película que se niega a abandonar nuestra mente.
Empezar por el final resulta bastante normal para muchos de nosotros, hablamos de nuestros logros, de nuestros fracasos o de todo cuanto consideramos relevante durante un trasegar. ¿Y el inicio?, pocas veces nos detenemos de manera consiente a recordar ese primer paso. Se nos olvida con bastante regularidad que todo tiene un comienzo,  seguramente, esas aperturas no son tan gloriosas como los procesos mismos y mucho menos tan dramáticas como los finales. Los comienzos poseen una mística distinta. Los comienzos siempre serán emotivos.
José Eddy Galindo Peñaloza, un hombre de mil batallas en el ámbito del periodismo radial, eligió una sonrisa como primer gesto a mi pregunta sobre su primer día en radio. Una sonrisa que dijo mucho de aquel 4 de agosto de 1969, hace ya más de 49 años.
Antes de llegar a ese momento, debemos ubicarnos aún más atrás en el tiempo, cuando José Eddy era apenas un joven en su época estudiantil. Él, oriundo de Armero, se estableció en Ibagué siendo muy niño, era el único hijo de Rafael Galindo, un comerciante que encontró en esta ciudad un lugar idóneo para establecer sus actividades de comercio. Asistía a clases en un colegio a cargo de hermanos maristas, el antiguo San Luis Gonzaga. El claustro se ubicaba en la calle 11 con carrera 5ta, cerca de su lugar de residencia en el barrio La Pola.
El colegio cobra importancia en esta historia, pues ya que como Eddy, otro importante periodista –pero más mediático- cursaba sus estudios allí, se trataba de Jorge Barón o Jorge Barón “Televisión”, remoquete que se le adhirió a su nombre para casi hacerse parte de él algún tiempo después. “Recuerdo que Jorge Barón Televisión iba en quinto (bachillerato). Él era el presentador todos los lunes antes del rosario. Me causaba curiosidad la forma como hablaba”, agrega que la impresión de ver a un estudiante, normal igual a él, haciendo las veces de presentador, le hicieron cuestionarse si él también lo podría hacer. “… eso también lo va motivando a uno, y… pues ahí arrancó”.  José Eddy era un estudiante de tercer año y ya había quedado enganchado a la idea de hablar frente a un micrófono.
Mientras lo escucho hablar, pienso en la sonoridad de su voz y me fue complicado no dejarme llevar por la cadencia de la misma. Algo similar debían sentir sus oyentes. Llegarían a reconocer su voz y a sentirlo tan cercano que no haría falta la presencia de un rostro para identificarlo. Yo había visto en muchas ocasiones el rostro de aquel hombre de estatura media y de piel trigueña sin saber nada acerca de su profesión, en ese momento entendí la radio como un lugar mágico en el que los personajes que hablan a través del micrófono son irreconocibles al caminar entre nosotros.
“Comencé en la radio porque me nacía. Tenía un amigo que ya estaba en radio y le pedía que me llevara”
José Eddy Galindo Peñaloza era un constante consumidor de programas radiales, en los años 60’s era sencillo serlo, y sentía que algún momento se iba involucrar en ese mundo. Un amigo suyo trabajaba en radio y de manera insistente Galindo le pedía que lo llevara allí, que le diera una oportunidad para probarse. Su amigo en repetidas ocasiones le dijo que sí, que en el momento que se presentara la oportunidad esta sería para él. Esta se dio en agosto del 69.
Una mañana, sin demasiado en que pensar, llegó la noticia que José Eddy había esperado con ansias desde hacía algún tiempo. “Camine a ver”, dijo su amigo y Galindo no lo dudó. La cita debía cumplirse en La Voz del Nevado, una radio estación que contaba con su centro de operaciones en el sector de Mirolindo, sitio que para la fecha hacía parte de la periferia de la ciudad, su traslado hasta ese punto desde el barrio La Pola merecía un esfuerzo adicional.
La mayor parte del tiempo del recorrido fue invertido en una especie de preparación mental. Qué decir, cómo decirlo, eran solo unos pocos  de esos tantos cuestionamientos que rondaban su cabeza.  El programa empezaría al mediodía, por lo que era necesario estar antes para una corta preparación, sin embargo, se puede suponer que alguien que se declaraba apasionado por la radio no tendría mayor tropiezo al encontrarse de frente con una situación deseada.
 “Curiosamente a mí no me gusta el deporte, pero comencé allí”
El programa en el que debutaría, tenía como contenido principal el tema deportivo. La emisión ya no tenía marcha atrás, y los nervios, aquellos que nunca desaparecieron ese 4 de agosto del 69, se hicieron por un momento a un lado para permitirle a José Eddy Galindo Peñaloza emitir sus primeras palabras en radio. “me dejaron hablar”, dice José Eddy, con una tenue sonrisa en su rostro, dejando entrever la importancia y el gran significado de ese momento que marcó el inicio de su vasta carrera profesional.
Luego de que Galindo se estrenara como locutor, llegó otra gran oportunidad para probarse, ya era parte del equipo de La Voz del Nevado. Su nuevo trabajo consistía en realizar funciones de locución y control, se encargaría de poner discos y amenizar la emisión con su voz, el horario de su turno era una de las partes complicadas, iniciaba a las 10 de la noche y terminaba en la madrugada “…turno de bombillo le dicen. Jorge Barón también estuvo en ese horario. Jorge Barón televisión” señala Galindo como con el ánimo de referenciar a aquellos grandes periodistas que han hecho su escuela desde el trabajo duro y la pasión.
La otra parte complicada de su nuevo empleo eran las cuestiones monetarias. No había ningún tipo de remuneración. José Eddy Galindo inició su trabajo en la radio sin recibir dinero a cambio, su pago era mucho más valioso, la satisfacción de hacer algo que amaba. Era oficial, José Eddy trabajaba en una emisora radial. El dinero llegó algún tiempo después.
Nuestra charla sigue su curso y el locutor aprovecha para realizar una comparación generacional. Acaricia un diccionario que tiene entre sus manos y me aconseja hacerme a un amigo así, dice que todos los jóvenes deberíamos prestar más atención a las letras y tratar de culturizarnos, más en un medio como el periodismo, en el que se está tan cerca del reconocimiento tanto positivo como negativo.
En una carrera tan extensa y exitosa como la de José Eddy Galindo son muchas las anécdotas atesoradas por él, pero sin duda hay una que cuenta con mucho orgullo, una que tiene que ver con uno de los mayores regalos culturales que posee la ciudad de Ibagué, “La Concha Acústica”.
“Nos unimos varias emisoras, en ese momento no habían F.M’s, vendimos unos cancioneros con lo que reunimos dinero que posteriormente le dimos a la alcaldía, así se pudo lograr la construcción de este escenario” señala Galindo.
Esto se dio durante una de las administraciones de Francisco Peñaloza y da cuenta de cómo la radio representa una herramienta poderosa para la construcción social.
“Aquí aprovechan las grandes cadenas para sacarle grupo económico a esto… ese cuentico de que hay que ser imparciales se queda en el papel” dice Galindo de forma crítica al hablar sobre los caminos que están siguiendo los diferentes medios de información. Advierte que no hay secretos en que estos medios sirven a intereses particulares y con nostalgia recuerda cuando los medios de información, en especial la radio, se unían en pro de ejecutar obras integradoras y culturales. La Concha Acústica fue una de ellas, otra muestra de unión radial se presentó para homenajear a un dúo representativo del folclor tolimense, Los Tolimenses. “Nos unimos varias emisoras y llenamos el estadio para conmemorar los 30 años de vida artística de Emeterio y Felipe”
Mientras la conversación avanza comenta acerca de sus múltiples vivencias y del extenso recorrido que ha tenido dentro del mundo del periodismo. Sus logros y de su predilección por la frecuencia de AM, “he considerado al FM como diversión, música, voces juveniles y atrevidas que se salen de la norma… es otro estilo con otros oyentes. Yo soy partidario de la AM de lo informativo, de lo noticioso. En una ciudad intermedia como esta, el AM mueve” dice.
Mientras hablamos de temas varios emerge uno relacionado con la educación universitaria, situación que Galindo aprovecha para mencionar su experiencia personal, muy apartada de la radio, pero que por fortuna no lo alejó de esta. Decidió estudiar Derecho en el año 1972. Esta situación lo llevó a vivir 1 año en la ciudad de Armenia, se alejaría por obligación de la locución. Esto no ocurrió, por el contrario esta decisión lo sumergió de lleno en el mundo de la radio, acabó leyendo las noticias en Caracol Radio e inauguró una emisora Radio Reloj en Calarcá. “Fue un año interesante, a pesar de mi juventud logré llegar muy bien en una ciudad en la que no conocía a nadie” dijo. Aunque admite que fue un fracaso en sus lejanas aspiraciones por ser abogado.
José Eddy Galindo, un veterano de la radio, después de tanto tiempo se niega a alejarse de lo que tanto ama, hoy en día no le dedica tanto tiempo a la locución, es asesor en una emisora local y goza del respeto reconocimiento dentro del ámbito periodístico. Han sido 49 años.
“Tengo las grabaciones de esa época…Tengo las grabaciones del año 69 (suspiro y sonrisa) claro, terriblemente desastrosas. ¡Pero bueno! ese era el comienzo, después llegan las oportunidades”.

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Jose Eddy Galindo
Jose Eddy Galindo
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