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La altivez del periodismo, una crónica sobre Henry Piedrahita

 
Por: Jorge Andrés Montaño
Frio, sereno, con unas canas que dan muestra de su edad, con elegancia y papeles a la mano se dirige a la mesa en donde me encuentro, es Henry Piedrahita, llega justo a las 3:00 en punto de la tarde a una cita que se había programado semanas atrás. Lo invito a sentarse y le ofrezco un tinto, en todo amigable.
- “No gracias, mejor siéntese y dígame ¿de qué venimos hablar?”
De entrada, sentí como si algo le hubiera disgustado,
- “Vea perdóneme, lo que pasa es que yo soy muy frio, me gusta hablar claro y sin pelos en la lengua, y quiero hacerle entender eso, porque por ser así me he ganado varios enemigos, porque acá…”
Rápidamente saco la grabadora para documentar la conversación.
- “Hermanito, primero hablemos y después me graba”.
Ahí entendí que lo quería decir tenia tintes de cuidado.
- “Yo no sé porque el periodista de Ibagué no le gusta que le sean crudos, y peor aún no le gusta hablar de frente”.
- ¿Conoce a Edgar Valderrama?
- “Si es mi amigo”
Repentinamente pensé en retener el comentario que a continuación daría, simplemente quede frio y en un silencio incómodo.
- “Dígalo, no tema ser claro, él es mi amigo y me tiene hasta en una foto de un libro que él escribió, pero yo se la clase de periodista que es” dijo con tono y mirada dura.
-La verdad es que tuve acercamientos a él, le insistí en hacer una nota, pero a veces parece que el ego no le deja tener tiempo para nada.
Me mira de manera inquieta y me responde el comentario preguntándome: - ¿Por qué dice lo del ego?, - He hablado con muchas personas acerca de él, y todos llegan a la misma conclusión, de que como periodista es un referente, pero como persona no lo es tanto.
Chasquea sus dedos y dice: -Me cae como anillo al dedo, ese tema acerca de él, porque es el reflejo de lo que hablamos hace un momento, él siempre ha tenido la maña de hablar de todos, para subir al estrellato, y eso acá funciona, todo es interés, todos sufren esa enfermedad llamada “estrellas”.
Con la misma frase, Henry Piedrahita habría terminado su discurso durante una cena organizada por estudiantes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué, y a la que él fue invitado, ya que, para la ocasión, la intención era reunir a los periodistas de la llamada “vieja guardia “del departamento del Tolima.
Desde aquel momento llamó mi atención, y genero una inquietud ¿Por qué siendo del gremio periodístico, hace una crítica tan fuerte?, claro está que tenía mucho de razón al criticar a sus colegas por no asistir al evento, con el simple argumento de que, por ser de una trayectoria larga tenían la exclusividad de no ir a ese tipo de reuniones, a sabiendas de que se organizaba con una buena intención, y era la de escuchar y ser escuchado, con el fin de generar conocimientos y retroalimentaciones, para encaminar un proceso que necesita cuidado y orientación, el de ser periodista.
Con eso bastó para que desde aquél día Henry y yo pactáramos una entrevista que tenía como fin encontrar el actuar y decir de aquel hombre de perfil bajo, pero que daba cuenta de una cruda realidad.
- “Ahora sí, saque la grabadora y empecemos la entrevista, es más ahora si le recibo el tinto”.
- Hemos hablado mucho de otros asuntos, menos de usted, ¿Por qué no me cuenta un poco quien es Henry?
- “Soy un hombre crudo, que lleva 40 años ejecutando la voz, licenciado de la Universidad del Valle. Desde que entré a la academia, siempre tuve la vocación de servir, de ser ese mediador entre la comunidad, el estado y el entorno, que es algo que ya no pasa con ningún profesional y menos un periodista, le repito, todo es interés, todo es amiguismo, todo es conveniencia”.
Mientras terminaba de responder, tomaba un sorbo de tinto, y me permitía cuestionarme cual era el motivo para que aquel hombre intentara hacerme reflexionar sobre algo que muy pocas veces entre periodistas, o en este caso entre estudiante y empírico.
Sin preguntarle nada, sigue hablando, - “Soy de una familia humilde, soy el noveno de 12 hermanos, fui al seminario, creo que allí fue donde aprendí el carisma de servir, de trabajar por la comunidad, después empecé con todo el tema de la educación, trabaje en colegios públicos, además de laborar un tiempo con la rehabilitación de presos en varias regiones como Montería, Tolima, Valle, en la dirección general de prisiones, en lo que hoy en día se llama INPEC (Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario), allí saque 8 bachilleres, gente que estaba condenada a más de 15 años”.
- ¿Qué paso después?
-Después de esto, aquellos presos iban a recibir unos recursos para seguirse formando como profesionales, a la postre de realizar las pruebas del ICFES, y efectivamente el estado hizo envió de los recursos, a lo que el director de la penitenciaria uso como excusa para arreglar fachadas y demás arreglos de las prisiones y no lo invirtió en lo que se debía, que era la educación de todos aquellos hombres, desde allí me quede con ese concepto de corrupción.
Todo iba teniendo más sentido, desde sus inicios Henry ha visto como en este país priman los intereses personales sobre los colectivos, por lo que intentó dirigirse hacia la radio para tratar de hacerse escuchar sobre todos estos asuntos que siempre lo han inquietado.
- “Después de pasar de trabajar en un despacho de abogados, empiezo a prepararme para una prueba para ser locutor de radio, me califican la voz, y vieron un potencial que se tenía para el manejo de masas y de público, así que empiezo a hacer presentaciones de artistas, políticos, eventos con gran número de públicos, y así sucesivamente, hasta llegar a ser calificado como una de las 7 mejores voces del país para manejar público”.
Parece como si todo lo que me contara hubiese sido ayer.
-“Llevo 40 años en el oficio, en la ejecución de la voz, una voz cuyo elemento principal es el micrófono, desde ese elemento doy una vocación de servicio, fíjese que antes los locutores manejaban un léxico, una presentación y una opinión clara y constructiva , ahora todo es censura, ya no existe una opinión conceptual sino que más bien todo se tiende a juzgar, sobre todo en esta ciudad donde no existe la mediación por parte de los periodistas, todo es un flujo de provechos frente a las personas, el dinero, la política y hasta el sexo. Acá el ego, la vanidad y el juego del yoyo es lo más frecuente”.
De repente mientras responde saca su celular y trata de buscar un contacto, en ese instante pensé que requería hacer una llamada o algo por el estilo, - “Vea anote ese número, es de un psicólogo llamado Ernesto Ballesteros, llámelo y dígale que va de parte mía, y le pregunta por esa enfermedad del ego del querer ser “estrella”, porque, aunque usted no lo crea eso es una enfermedad”.
***
Y los jóvenes qué papel juegan ahí,
- ¿Los jóvenes también salen siendo estrellas?
- “Con los jóvenes está pasando algo y es que no saben leer, en la academia poco se le enseña ese hábito de contantemente estar leyendo noticias, libros y demás cosas que les permite tener un panorama más amplio de este oficio. Claro está que no solo es culpa de ellos, los docentes también están involucrados, porque son demasiado rutinarios en sus clases, ya no son nada creativos, no inspiran a los muchachos hacer nada nuevo, no le dan objetivos, sencillamente no les enseñan a ser periodistas”.
Esto último me resultaba difícil de entender, ya que, dentro del proceso formativo para lograr ser periodista, me había encontrado a un docente, que muchas veces al escucharlo, compartía mucho de lo dicho por Piedrahita, como por ejemplo ese bendito tema del ego del que tanto hablaba, pero aún así estaba en desacuerdo al afirmar que los docentes no daban los recursos necesarios para que el joven fuera capaz de salir al mundo del periodismo.
Sabiendo aquello, durante una tarde de estudio, lo busqué, lo encontré, y le comenté acerca de aquel personaje tan crudo y realista con el que me había topado, a lo que el profesor Mendoza solo escuchaba y sonreía si decir una sola palabra, al parecer nunca había oído de Henry Piedrahita, pero llamó su atención, varias de las críticas que reiteradamente hacia el propio hacia el gremio.
- Profe, pero este personaje también daba una crítica a los docentes, que muchas veces de acá (la universidad), no se sale sabiendo nada, y que gran parte del problema se radica en ustedes los profesores, porque son muy rutinarios y poco creativos, algo que imposibilita la buena formación del joven en sí. Sería bueno que lo habláramos, a ver usted desde su posición que opina.
-Este personaje tiene razón en varias cosas, pero que hay aclarar otras muy puntualmente, espéreme termino el trabajo y lo hablamos.
***
Un tinto y una papeleta de azúcar eran suficientes para que a las 7:00 de la noche Jorge Mendoza, se sentara hablar conmigo de lo que hace unas horas atrás se había dejado sobre la mesa.
-Bueno, ahora si cuénteme como es la vuelta.
Sin duda alguna, me generó la misma sensación del encuentro con Henry, directo al grano, sin rodeos, pero con una gran diferencia, uno me recibió el tinto de primera, mientras el otro se hizo esperar.
-Profe pues sencillo, yo quiero saber lo que usted opina frente a lo que señala Piedrahita.
- “Vea pelado…  lo primero es que hay una pelea eterna desde que se crearon los programas y facultades de comunicación, entre la gente de la vieja guardia que es empírica y nosotros que tenemos el título. Ninguna de las dos cosas lo vuelve a uno apto para el trabajo ni lo descarta para el trabajo, así como hay gente que se ha graduado en la universidad y es muy mala, también hay empíricos que son muy malos. O pueden ser excelentes incluso muchos periodistas de alto nivel en este país son empíricos. Eso es lo primero que hay que entender, y es que hay una pelea de ego rara, pero en lo que se puntualiza aquí (lo dicho por Henry en cuanto la docencia), hay mucho de verdad, pero hay que aclarar ciertas cosas.
Lo que sucede es que el sistema tiene un gran problema, y es que no debería existir el programa de comunicación social y periodismo, deberían ser carreras aparte, la mezcla genera un problema, y es que usted no le puede dar la cantidad de horas prácticas a la parte periodística. El periodismo se debería enseñar solo por una sencilla razón, y en eso ellos están totalmente claros y tienen absoluta razón, el periodismo no se aprende en el aula, el periodismo se aprende en la calle, pero ¿Qué es lo que nosotros hacemos acá?, nosotros le damos los conceptos que ellos deben ir aplicar a la calle para traer un buen producto periodístico, no es simple y llanamente echarse una cámara y una grabadora al hombro y salir hacer periodistas. ¡NO!, hay que tener un poquito de todo, hay que tener unos conceptos base que le permitan a uno desarrollarse de mejor manera en la calle, pero el periodismo naturalmente se aprende en la calle eso es verdad, pero uno no puede mandar a la gente a la calle sin armas”.
Es claro, que hoy en día, cualquiera que tenga una grabadora, una cámara o hasta un buen celular puede intentar “ser” periodista, ya parece que la experiencia no vale dentro de este oficio, pero a lo mejor a los grandes medios les beneficia esto y por lo mismo no actúan frente a este tema, viven felices sacando la misma noticia por todas las emisoras, con la misma fuente, es una rutina que difícilmente se pueda dejar.
Profe y en el caso de ustedes ¿qué han hecho para cambiar ese rumbo?
“En el caso nuestro hemos tratado de encontrar ese equilibrio entre teoría y práctica y paulatinamente lo hemos ido logrando, por eso tenemos las estrategias pedagógicas en cada semestre, damos unas herramientas para lograr unos buenos proyectos finales, en el caso nuestro, aclaro, que no conozco las formas de trabajo de las otras universidades. Otro gran problema es que, la gente que llega a comunicación con una idea errada de lo que es esto, si quieren ser locutores no vengan a comunicación, esto tampoco es una academia de presentador, porque quiere quemarse 5 años sabiendo que hay academias que en 6 meses lo hacen un gran presentador.”
- ¿Dentro del tiempo que usted lleva trabajando en procesos formativos con los estudiantes por qué cree que se siguen formando personas con un ego tan alto sabiendo que este oficio?
Toma un sorbo de café, respira profundo y responde concretamente.
- “Este es el mundo de la imagen, creo yo, la era de figurar, y esto se tomó el periodismo. En algún punto el periodista se volvió el protagonista de las noticias y ahí perdimos el año ¡todos!, porque el papel del periodista es ser intermediario, pero en Colombia las figuras son ellos (los periodistas). Una cosa es ser importante y otra cosa es ser famoso, y eso es algo que los estudiantes no han entendido, famoso es cualquiera, cualquiera que suba una y se vuelva viral, ya es famoso, así sea por 5 minutos.”
 
***
El problema del periodismo se fundamenta en todo lo que lo rodea, todos estamos involucrados, nadie se queda fuera, todo es una mezcla de malas decisiones y ejemplos que se han venido transmitiendo de generación en generación como lo dice el profesor Mendoza. ¿Pero entonces que hacer? ¿Por qué los medios no ayudan a mejorar todas estas situaciones?, fue ahí donde recordé lo dicho Piedrahita.
- “Vea muchacho, para no alargarme tanto finalizo diciéndole esto, la academia no les enseña a cobrar a los jóvenes, no les enseña a hacer empresa, ahora todo es la venta de cupos, de esa publicidad que sale a todo momento por las emisoras, sencillamente los jóvenes por ese ego y por seguir ese monstruo del estrellato se regalan y los medios no van a perder tal oportunidad”.

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