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El periodismo como mayor riqueza a heredar
Por: Karoll Vannesa Caballero Pérez
Héctor Alberto Sánchez Troncoso mejor conocido como “Tapeto”, se ha caracterizado desde temprana edad por ser extrovertido, hablador y perspicaz. Desde 1986, año en que su padre falleció, Sánchez Troncoso ha recogido la bandera que este le dejó. O mejor aún, se ha convertido en lo que Héctor Sánchez Vega fue durante su labor como periodista y como dueño de uno de los medios más antiguos del Tolima, el radio-periódico El Minuto.
Tenía apenas 18 años cuando el cáncer hurtó la vida de su progenitor. El medio quedó en vacile pero fueron su madre, Isabel Cristina Troncoso y él, quienes tomaron las riendas del noticioso que Sánchez Vega con gran arranque había formado en 1981.
La responsabilidad fue más para él que para su familia, puesto que su mamá tenía idea de cómo funcionaba el noticioso, más no tenía la claridad suficiente para dirigirlo. Por otro lado, estaban sus hermanos Mario y Fabián, a quienes nunca les interesó el oficio. Diferente a ellos, Héctor Alberto constantemente estuvo curioso, así que era costumbre verlo acompañando a su padre a cumplir entrevistas. Fue de esta manera que aprendió empíricamente lo que es hacer parte de los medios masivos y justamente, echándose el bulto encima tras su muerte, pasó de ser corresponsal al director del medio.
Como muchas veces los hijos hacen lo que los padres quieren, Héctor le dio el gusto a los suyos y empezó estudiando Administración de Empresas en la Universidad del Tolima. Pero, no ambicionó enfocarse por ese lado –aunque hoy en día se destaca por ser un empresario de los medios- sino que quiso constituirse como un periodista de academia. Aunque ya tenía el conocimiento empírico necesario, pretendía complementarlo con la Universidad, y no hay nada mejor que un periodista que se complementa con la experiencia y la academia.
Cuando por fin culminó sus estudios en Comunicación Social y Periodismo en la Universidad INPAHU de Bogotá en 1993, ingresó como corresponsal del noticiero en televisión CM& en donde lleva ya una trayectoria de 25 años. También, fue jefe de redacción del diario “Actualidad Tolimense”, el único diario que existía en el departamento del Tolima antes que “El Nuevo Día”.
Tapeto, seudónimo que tiene desde niño debido a que su hermano mayor no podía pronunciar su nombre completo, manifestó que el periodismo o cualquier otra profesión es un arte que se debe realizar por vocación. Además, añadió que hay que formarse como un periodista integral y, aunque lo es, su inclinación va más por las noticias judiciales, gusto adquirido de su padre quien fue catalogado en los años 70 como el mejor periodista judicial del Tolima. Las anteriormente mencionadas inclinaciones, lo han llevado a ser uno de los mejores periodistas en el tema judicial, agregando que aunque no estudió para ser abogado, tiene gran conocimiento sobre el derecho administrativo y como no ha de faltar, el amor también lo ha impulsado a conocer más de lo judicial puesto que su esposa, Lina Agudelo, es abogada de profesión. Alude que se fundamenta en formar más allá de informar a la ciudadanía y le es fiel a la teoría -basada en Gabriel García Márquez- de que “hay que ser independientes”.
Todo esto lo llevó a vivir uno de los momentos más importantes y memorables para su vida, el crear en el 2004 el medio de comunicación Ondas de Ibagué con frecuencia 1470 A.M. En el que en ocasiones comparte cabina con Mauricio Vargas y donde ha aplicado su conocimiento, tanto empírico como académico, llegando a los rincones más recónditos del Tolima en aras de hallar las buenas noticias que su antecesor en algún tiempo le enseñó a edificar.
Cuenta que mientras su padre redactaba en máquina de escribir los informes judiciales, él se hacía al respaldo para observar la manera en que línea por línea se iban construyéndo más que noticias, historias, debido a que todo se conjugaba según él, entre literatura y el hecho noticioso que terminaba siendo una novela. Después de todo, afirma en el presente no aplicar dicha retórica a causa de que las personas buscan hoy en día la inmediatez, la noticia escueta, sencilla, de fácil entendimiento y así es que él trabaja. Sin embargo, esto no limita su capacidad para redactar una muy buena reseña.
Finalmente, su vida se divide entre el ejercicio de la profesión como periodista -donde en muchas ocasiones ha tenido que arriesgar su integridad física para lograr la noticia esperada- y como empresario, en donde actualmente cuenta con diversos contratos publicitarios –entre ellos el contrato de Henry Escobar Ceballos, gerente de la firma Escobar y Arias- que lo posicionan como uno de los empresarios modelo de la ciudad, aunque haya tenido contradictores y haya sido objeto de noticias que buscaron manchar su buen nombre y que pusieron su vida en riesgo. Después de todo, argumenta que si ha de morir, morirá en lo que le apasiona, el periodismo, rescatando así la bandera que un día en el pasado su padre le heredó.
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