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La voz del fútbol de los tolimenses

Por: Luisa Fernanda Castillo
"Toda la vida me he acostumbrado a escuchar la radio". Camilo Pinto recuerda que su madre, antes de dormir, encendía aquella pequeña caja que se encontraba en el cuarto.
Un hombre atravesó la puerta metálica a la sala de espera de Caracol Radio. Contextura delgada, de tez morena, 1,67 de estatura, cabello oscuro al igual que sus ojos, que los cubre un cristal con un marco de color negro. Su rostro refleja carisma, una sonrisa amable. Él es Camilo Pinto.
La radio lo acompaña desde que tiene uso de razón, y nunca pensó que detrás de un pasatiempo se ocultaba una pasión, que tarde o temprano explotaría sus habilidades y talentos para este oficio y lo convertiría en el hombre que es ahora.
Camilo estudió en el colegio Champagnat de Ibagué; allí, cuando cursaba undécimo, un dilema apareció en él. "Todos mis amigos ya tenían establecidos sus proyectos de vida, todos hablaban de sus carreras como administración, negocios o arquitectura. En cambio, yo no tenía nada, lo único que sí sabía era que no quería nada relacionado con las matemáticas", cuenta.
Tras su graduación en 1996 y sin saber aún lo que sería de su vida profesional, decidió tomarse un año sabático, para definir su situación militar. A inicios del año siguiente, consiguió un empleo temporal en una distribuidora, al principio a cargo de una bodega y luego fue ascendido como auxiliar de cartera. "Para mi mala suerte, tenía que trabajar con números". Su cara de fastidio e irritabilidad confirma aquel recuerdo, seguido de una sonrisa: "Lo único bueno es que así logré pagar mi libreta militar", pero, aun así, Camilo debía decidir una carrera universitaria. Sentía que ya era tiempo de iniciar.
- Luego de aquel año sabático, ¿ya tenía algo en mente?
- No, pero empecé a preguntarme a mí mismo: ¿para qué era bueno?
Su infancia la vivió en una casa esquinera de dos pisos, cercana a Caracol. "Yo era el vecino, veía cuando abrían las puertas de la emisora y entraban las personas para hacer las transmisiones, también como cerraban la cuadra para diciembre". Además, es un amante del deporte, en especial del fútbol, porque en su niñez escuchaba todas las narraciones que transmitían en la radio y nunca se perdía una. Todos aquellos recuerdos y sucesos lo llevaron a tomar la decisión de estudiar Comunicación Social y Periodismo, así fue como en 1998 empezó su formación como profesional.
-Yo nunca fui un estudiante dedicado. En el primer semestre no hacía trabajos, pero cuando había una actividad de oratoria mis resultados eran excelentes. En el segundo semestre pasó algo que llegaría a cambiar mi vida: iba a ser papá.
 
En 1999 le informaron que Caracol necesitaba un pasante, así que se presentó. Marcelo Alzate y José Alberto Ortiz lo recibieron aquel día. En su visita, recuerda haber visto a Juan Carlos Giraldo, quien quería ser locutor de noticias, que "no sé a qué se dedique ahora, pero lo último que supe fue que trabaja en ventas en El Nuevo Día”; Jeison Giraldo, un muchacho loco por ser DJ, “quien ahora está en Ecos del Combeima”, y por ultimo, él, aficionado y amante por los deportes, "quien ahora está en Caracol", afirma mientras se señala a sí mismo.
Era la última semana de enero y cada uno de los candidatos debía presentar una prueba. La primera consistía en decir un mayor número de palabras relacionadas con la que se les daba. Había que cumplir con un mínimo de 50, y en ello sorprendió a todos, ya que pasó lo acordado, "me fue bastante bien". En su segunda prueba, la de locución, "me decía a mí mismo que iba a ser contratado, y así fue".
El 1 de febrero inició con la pasantía, en la que recibía como pago 20 mil pesos por los partidos que jugaba Deportes Tolima de local. No era mucho, pero algo que siempre agradecerá a Caracol es que cubría su afiliación a salud, ya que su novia estaba embarazada. "Y así duré por 7 años; prácticamente me regalé, porque trabajaba por temporadas, ya que cuando el Tolima era eliminado mi trabajo terminaba”. En 2006 y con su segundo hijo, su pago no alcanzaba para el sustento de su familia, pero por cosas de la vida, una tarde el Gerente de Caracol lo citó a su oficina. Camilo recuerda aquellas palabras: "¿Usted quiere ser periodista deportivo de Caracol?". Su jefe sería transferido a Cali y Camilo era perfecto para el puesto.
Ahora es parte de un programa que se llama El Carrusel Deportivo, que se emite los sábados y domingos. El sábado de 2:30 a 6:30, allí es el mayor en edad, ya que es un programa en que se forma la nueva generación de periodistas de Caracol. El domingo la emisión es de 1 a 6 de la tarde y ahí es el más joven. "Me encanta, no me veo en otra cosa que no sea en relación con el fútbol un fin de semana".
 
-Yo estoy en la mitad de las generaciones de periodista y tengo la suerte de trabajar con cada uno de ellos, siempre se aprende algo de alguien- afirma Camilo, quien admite que es sorprendente trabajar con los periodistas de la tercera generación, ya que tiene frente a él el legado de la radio. Por otro lado, los jóvenes traen consigo la era de la tecnología y es admirable ver cómo los nuevos periodistas tienen mayor facilidad para cumplir su trabajo. "Me gusta cómo los jóvenes se innovan hoy en día y son más accesibles frente a cualquier cambio, sin miedo, mientras que los mayores en la profesión no ven la necesidad de recurrir a nuevos métodos".
Algo muy cómico para Camilo es cómo gracias a los avances puede transmitir partidos desde la sala de su casa, gracias a una aplicación que enlaza a las emisoras: "La tecnología es muy buena, pero hay que tener cuidado, porque también te condena", afirma, al recordar una experiencia que vivió por la difusión de las redes sociales.
 
- Tenía que cubrir el  torneo donde Tolima quedó campeón en Medellín. Por cuestiones del trabajo debí quedarme y narrar desde Ibagué. Era increíble, porque debía hacer dos transmisiones al mismo tiempo, no sé cómo lo hice, pero lo logré. Cuando Tolima anotó el gol ganador, se me hizo imposible contener la emoción, lloré en plena narración, hasta que me acordé de que seguía al aire y tomé el micrófono de nuevo. Ese video se hizo tan viral, que las personas me felicitaban y agradecían.
Un gran logro para Pinto fue ganarse el reconocimiento como uno de los mejores periodistas deportivos. En Ibagué hay solo 3 personas a las que por hacer cubrimiento deportivo les pagan sueldos con prestaciones, como lo dicta la ley, Elmer Pérez y Carlos Giraldo, comentarista y narrador de RCN, y Camilo, de Caracol. Además, es el periodista que más participa en el país. "Este gremio es muy duro, pero aún así he sido ejemplo para mi hermana. Mis papás se separaron y me convertí en una figura para ella: estudió Comunicación, ahora es periodista deportiva y comentarista de Ecos de Combeima y hace todo lo que hago. Por otro lado, mi hija también decidió estudiar Comunicación".
-Las personas me preguntan si hago mucha plata con la radio y mi respuesta siempre es no. No en radio, pero sí con ella. En Caracol gano muy bien, muy bien para Ibagué, aunque por fuera se gana más, pero si no estuviera en Caracol, no ganaría eso. Esta es una carrera de resistencia, mas no de velocidad, y que debe tener muchos sacrificios.
- ¿Vale la pena todo este sacrificio?
- Hace poco me hice esa misma pregunta, un domingo después de salir de emisión: ¿Vale la pena descuidar a mi familia por mi trabajo?, dado que mi mamá cumplía ese día y no pude estar en su celebración. Sentado en McDonald's, pensando sobre su situación, fue interrumpido por un mensaje en el que solicitaban su presencia en la emisión del día siguiente para hacer el cubrimiento de la celebración de los 70 años de Caracol. Tras una respuesta poco emotiva, recibió una réplica que lo dejó sin palabras: "No sabe lo que le espera en un futuro". -No sonaba como amenaza, sino como una motivación diciendo que algo bueno aguardaba por mí. Fue como una señal de Dios, al tener esa duda, la vida me envió una respuesta.
- ¿Alguna vez esa pasión se ha acabado?
- En el trabajo la pasión siempre va a estar, pero la pasión se mantiene. Lo único que ha cambiado es el reconocimiento.
Camilo Pinto es la voz del fútbol de los tolimenses: "Hay personas que creen que soy el mejor, me ven como la gran cosa, pero de eso se encarga el público, de calificarme como el periodista que soy. Pero yo no lo veo así, admito que hay mejores personas en este gremio. La otra vez consulté a un angiólogo de Bogotá y cuando me vio me mostró una carta, en la que ilustraba un ángel con el mundo a sus pies, y me dijo: 'Todos te ven de esta forma, pero tú siempre quieres lograr mucho más'".

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